INCOTERMS 2030: El nuevo mapa del comercio global que se avecina
El lenguaje universal del comercio exterior
En un mundo donde las fronteras se difuminan y los flujos comerciales se digitalizan, los INCOTERMS —ese conjunto de reglas creadas por la Cámara de Comercio Internacional (ICC)— siguen siendo la brújula del comercio internacional. Desde su primera publicación en 1936, estas normas han evolucionado con cada década para adaptarse a los cambios en la logística, la tecnología y las regulaciones aduaneras.
Hoy, el comercio global se enfrenta a transformaciones profundas: automatización logística, comercio electrónico transfronterizo, sostenibilidad ambiental y digitalización documental. En ese contexto, los expertos ya se preguntan cómo será la próxima versión, los INCOTERMS 2030. ¿Qué cambios traerán? ¿Qué desafíos buscan resolver? Y, sobre todo, ¿qué oportunidades abrirán para exportadores e importadores?
El punto de partida: INCOTERMS 2020 y sus aprendizajes
Los INCOTERMS 2020 introdujeron ajustes relevantes, aunque no revolucionarios. Se eliminaron términos como DAT, reemplazado por DPU (Delivered at Place Unloaded), y se reforzaron cuestiones relacionadas con el seguro y la seguridad en el transporte. Además, se incorporó un lenguaje más claro sobre el uso de transporte multimodal, clave en un mundo donde la cadena logística ya no se limita a un solo modo de transporte.
Sin embargo, el ritmo del cambio global superó a la última actualización. Desde 2020, la pandemia, la crisis logística, las tensiones geopolíticas y la irrupción de la inteligencia artificial en la gestión del comercio exterior alteraron por completo el tablero. Por eso, el futuro de los INCOTERMS apunta a una revisión mucho más profunda y adaptada a un comercio digital, sostenible y automatizado.
La digitalización total: del papel al blockchain

Una de las transformaciones más esperadas en los INCOTERMS 2030 es la incorporación explícita de documentos digitales y contratos inteligentes.
Hoy, la digitalización de cartas de porte, conocimientos de embarque y certificados de origen ya es una realidad gracias a tecnologías como blockchain, E-BL (Electronic Bill of Lading) y smart contracts. Sin embargo, los INCOTERMS aún no contemplan estos formatos como equivalentes al papel.
En los próximos años, veremos probablemente una definición más precisa del momento de transmisión del riesgo y la entrega, adaptada al entorno digital. Por ejemplo, un futuro término podría especificar que la “entrega” se considera efectiva cuando el comprador recibe una confirmación digital validada en blockchain, y no necesariamente cuando el producto cruza físicamente la frontera.
Esto representaría un cambio radical en la manera de entender la transferencia de responsabilidades, reduciendo fraudes, disputas contractuales y costos operativos.
La sostenibilidad como eje central
Otro aspecto ineludible es el factor ambiental. Con la presión global hacia el comercio sostenible, los INCOTERMS 2030 probablemente incluyan cláusulas relacionadas con la huella de carbono, eficiencia energética y responsabilidad ecológica durante el transporte.
Se espera que ciertos términos puedan especificar requisitos de transporte “verde”, o incluso nuevos indicadores que permitan a las partes pactar condiciones vinculadas al impacto ambiental del envío.
Por ejemplo, podría surgir un nuevo término híbrido, del estilo “FCA-G (Green)” o “CIF-Eco”, donde se indique que el transporte debe cumplir estándares de sostenibilidad o compensación de emisiones.
Esto sería una herramienta competitiva para las empresas que buscan certificaciones ESG o alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
La automatización logística y los nuevos modos de entrega
Los vehículos autónomos, los drones de carga y los puertos inteligentes ya están transformando la logística internacional. Este cambio tecnológico impulsará a los próximos INCOTERMS a adaptarse a entregas automatizadas, donde los tiempos y lugares de recepción se definen por algoritmos y sistemas IoT (Internet of Things).
Los términos actuales presuponen que hay intervención humana en cada punto del proceso. Sin embargo, en la próxima década veremos entregas controladas por sensores que notificarán automáticamente la recepción de la mercancía, registrando el evento en tiempo real.
De esta forma, podría modificarse la interpretación del “lugar de entrega” y los momentos de transferencia de riesgo, temas centrales en cualquier contrato internacional.
Nuevas realidades geopolíticas y zonas económicas emergentes
El mundo ya no es el mismo que en 2020. Las tensiones entre China y Estados Unidos, la reconfiguración de las cadenas de suministro hacia América Latina y el auge del nearshoring plantean un nuevo escenario para el comercio internacional.
Los INCOTERMS 2030 podrían reflejar esta realidad con mayor flexibilidad regional, facilitando la adaptación a tratados como el USMCA (T-MEC), el Mercosur–Unión Europea, o los pactos digitales de Asia-Pacífico.
Además, podrían incorporarse nuevas guías o anexos regionales, con aclaraciones específicas para zonas aduaneras especiales, comercio electrónico o comercio intra-bloc. Esto sería clave para pymes y startups que buscan integrarse al comercio exterior sin contar con estructuras logísticas complejas.
Inclusión del e-commerce internacional

El crecimiento del e-commerce transfronterizo exige una actualización urgente de las reglas de entrega y responsabilidad. Hoy, los INCOTERMS no contemplan el fenómeno de las ventas B2C globales, donde millones de pequeños envíos circulan diariamente entre países.
En este sentido, es probable que surja un nuevo conjunto de términos simplificados, pensados para operaciones minoristas digitales. Un ejemplo hipotético podría ser un “DDP-Lite”, que estandarice las responsabilidades en entregas puerta a puerta para ventas online internacionales.
Esto beneficiaría tanto a las plataformas como a los consumidores, reduciendo la incertidumbre sobre quién paga los aranceles, quién se hace cargo del seguro y cuándo se considera entregado un pedido.
El rol del riesgo y la ciberseguridad
Con el comercio global operando cada vez más en entornos digitales, los riesgos cibernéticos también entran en juego. Un ciberataque que interrumpa la logística o falsifique documentos electrónicos puede generar pérdidas multimillonarias.
Por eso, una línea probable de los INCOTERMS 2030 será la incorporación de responsabilidades vinculadas a la protección de datos y ciberseguridad. Las empresas deberán definir quién es responsable en caso de una vulnerabilidad que afecte la entrega, un documento o el pago.
La ICC ya está explorando la posibilidad de establecer recomendaciones de ciberseguridad comercial, que en el futuro podrían integrarse como cláusulas opcionales o anexos vinculados a ciertos términos.
Hacia una versión modular y dinámica
Una innovación que muchos expertos promueven es que los futuros INCOTERMS sean modulares y actualizables digitalmente, sin esperar diez años entre versiones. Esto permitiría ajustes más ágiles frente a nuevas tecnologías o normativas.
En lugar de una edición cerrada cada década, podría existir una versión base digital con módulos complementarios —por ejemplo, uno ambiental, otro tecnológico o otro de comercio electrónico— que las partes elijan según el tipo de operación.
Esto haría que los INCOTERMS se adapten de manera más natural a la evolución del comercio internacional, sin perder su carácter universal.
hacia un comercio más inteligente, verde y conectado
Los INCOTERMS del futuro no serán solo un conjunto de reglas logísticas. Serán un marco inteligente, digital y sostenible que acompañe a las empresas en la nueva era del comercio global.
En los próximos años, veremos una transición hacia operaciones más automatizadas, con trazabilidad digital total y mayor compromiso ambiental. Exportadores, importadores y agentes logísticos deberán prepararse para comprender los nuevos términos y para transformar sus procesos internos en función de ellos.
