Argentina atraviesa una coyuntura económica crítica. La volatilidad política, las crecientes presiones inflacionarias y las normativas regulatorias del Banco Central (BCRA) marcan el pulso del mercado, con implicancias profundas sobre inversión, actividad productiva y la confianza futura.
Tensión política y nervios en los mercados
Una denuncia por presuntos sobornos en la Dirección Nacional de Discapacidad (ANDIS), junto con audios filtrados, pone presión sobre el oficialismo de Javier Milei en plena campaña preelectoral. El índice S&P Merval cayó un 1,4 % y acumula una pérdida del 22 % en el año. El riesgo país ronda los 850 puntos básicos, con posibilidad de escalar hasta los 1.000 si la oposición gana terreno en el Congreso.
Nuevas restricciones del BCRA en el mercado cambiario
La Comunicación “A 8311” del BCRA, emitida justo al cierre del mes, impone cambios drásticos: desde diciembre, las entidades financieras deberán cumplir diariamente con una Posición Global Neta Negativa (PGNME) en moneda extranjera (busca evitar que los bancos adquieran papeles protagónicos en eventuales corridas bancarias), que no podrá superar el 30 % de la Responsabilidad Patrimonial Computable (RPC). Desde Infobae destacan que la medida tiene por objetivo enfriar la especulación cambiaria rumbo al final de año.
Riesgos latentes

- Incertidumbre política prolongada: Si las denuncias y la fragmentación legislativa persisten, el riesgo país podría escalar y desalentar inversiones clave.
- Freno al crédito y consumo: Las elevadas tasas (entre 50 % y 60 %) y las restricciones bancarias limitan el acceso al financiamiento privado y reducen la actividad económica.
- Efecto restricción cambiaria: Las nuevas regulaciones podrían contener la dolarización, pero también inhibir la liquidez del sistema financiero, con impacto en la inversión.
Oportunidades emergentes
- Recuperación de confianza: Si el gobierno logra estabilizar la situación política antes de las elecciones, podría reactivar flujos de capital y mejorar la percepción inversora.
- Disciplina fiscal fortalecida: La política de renovación de deuda sin emisión monetaria contribuye a la sostenibilidad financiera y reduce presiones inflacionarias.
- Control cambiario ordenado: Si las medidas del BCRA logran moderar la brecha cambiaria sin generar tensiones súbitas, podrían restablecer condiciones de previsibilidad para el sector empresario.
La economía argentina está en un punto de inflexión. La conjunción entre inestabilidad política y ajustes regulatorios profundos coloca al país frente a un escenario delicado, donde el equilibrio entre orden fiscal y apertura económica será determinante.