Gita Gopinath advierte que el apoyo de EE.UU. solo pospone lo inevitable para Argentina
La ex número 2 del FMI, Gita Gopinath, lanzó una advertencia contundente: el respaldo del gobierno de Estados Unidos, aunque necesario, no alcanza para estabilizar la economía argentina si antes no se ajusta el régimen cambiario. Según ella, para lograr un progreso duradero, Argentina debe adoptar un régimen cambiario más flexible, acumular reservas y generar consenso interno para reformas. De lo contrario, una devaluación será inevitable.
1. ¿Qué dijo exactamente Gita Gopinath?
- La economista señaló que el apoyo financiero de EE.UU. ayuda a “prevenir fluctuaciones cambiarias especulativas”, pero que ese gesto es temporal y no resuelve las tensiones estructurales.
- Insiste en que Argentina necesita adoptar un régimen cambiario más flexible, acumular reservas y generar respaldo interno para reformas profundas.
- También menciona que el préstamo o apoyo internacional (como swaps de divisas o compras de bonos) pueden dar viento de cola en el corto plazo, pero que el dolor llegará si no se ajustan mecanismos como el tipo de cambio, el manejo de reservas y la disciplina fiscal.
2. ¿Por qué hoy se habla tanto de devaluación?
a) Reservas escasas y demandas externas crecientes
Uno de los problemas centrales de Argentina en estos momentos es que las reservas internacionales netas no están suficientemente robustas. Cada vez que hay algún choque externo (suba de tasas internacionales, caída de exportaciones, suba de importaciones, fuga de capitales), se tensiona la capacidad del Banco Central de sostener el valor del peso. Gopinath advierte que sin reservas reales para atacar corridas cambiarias, cualquier régimen rígido será insostenible.
b) Tipo de cambio planchado / rigidez cambiaria
El tipo de cambio oficial ha estado sometido a cepos, bandas, estabilizaciones artificiales, intervenciones directas. Mantenerlo bajo consume reservas, alienta expectativas de devaluación, desalienta inversiones exportadoras y fomenta el mercado paralelo del dólar. Gopinath sugiere que un tipo de cambio más flexible ayudará a mitigar esas distorsiones.
c) Inflación persistente y pérdida de poder adquisitivo
Aunque no todo se resuelve con devaluación, un peso fuerte artificialmente sostenido cuando los precios internos se disparan genera pérdidas de competitividad, estimula importaciones, desincentiva producción local, y erosiona salarios reales. Si no se ajusta algo, las brechas internas llegan a un punto de quiebre social o político. Gopinath insiste en que las reformas estructurales incluyen el régimen cambiario como piedra angular para restaurar confianza y retrasar menos.
d) Apoyo de EE.UU.: respiro, no cura
EE.UU. ha ofrecido mecanismos como swaps, compras de bonos, financiación temporal, lo cual ha calmado mercados, redujo peligros de corridas cambiarias, al menos momentáneamente. Sin embargo, Gopinath y otros analistas advierten que esto es un alivio temporal: tan pronto como se presente un choque mayor, esas ayudas pueden no estar disponibles o suficientes.

3. ¿Qué sucederá si se produce una devaluación?
Si el gobierno decide -o se ve obligado por las circunstancias- devaluar, estos son los efectos más probables:
Efecto | Positivo | Negativo |
---|---|---|
Mejora de competitividad de exportaciones | Podría aumentar exportaciones de bienes agrícolas, manufacturas y servicios, y mejorar la balanza comercial. | Las importaciones se encarecen: insumos, bienes de capital y productos esenciales suben de precio. |
Reducción de presión sobre reservas | Menos necesidad de quemar reservas para sostener un tipo de cambio artificialmente bajo. | Riesgo de huida de capitales si no se controla la credibilidad del esquema. |
Estímulo para que la economía se ajuste macroeconómicamente | Incentiva reformas, transparencia cambiaria, probablemente mejora en la confianza inversora si se hace bien. | Inflación disparada en el corto plazo, caída del salario real, posible descontento social, tensiones políticas. |
Una devaluación brusca sin preparación puede generar una crisis de precios (shock inflacionario), caída de consumo, protestas y reclamos, y si no hay respaldo político fuerte, podría desestabilizar al gobierno.
4. ¿Qué debe hacerse ahora para minimizar daños?
Para evitar que la devaluación sea una catástrofe o algo doloroso sólo para la gente más pobre, Gopinath y varios analistas coinciden en algunas medidas urgentes:
- Preparar un plan de transición cambiaria: comunicar claramente qué tipo de cambio se usará, bajo qué reglas, con qué ajustes de precios relativos, para generar previsibilidad.
- Proteger a los más vulnerables: ajustes de tarifas, precios e importaciones afectan primero a quienes menos tienen. Debe haber mecanismos sociales para compensar pérdidas de poder adquisitivo.
- Acumular reservas de forma creíble: negociar financiamientos externos, swaps, inversiones, exportaciones, freno a la fuga; políticas que atraigan capitales, inversiones directas.
- Fortalecer credibilidad macroeconómica: disciplina fiscal, política monetaria transparente, evitar financiamiento del tesoro vía emisión monetaria, evitar abusos institucionales o incertidumbres legales/regulatorias.
- Construir consenso político interno: sin respaldo del Congreso, opositores, sindicatos, cámaras empresariales, será altamente riesgoso avanzar con reformas estructurales.
En el mediano plazo, si no se ajustan las reglas del juego cambiario, Argentina enfrentará una devaluación no planificada, que puede ser mucho más dolorosa que una devaluación ordenada.
El apoyo de EE.UU. brinda un respiro, pero no es una solución estructural; funciona como parche que pospone decisiones más profundas. El tipo de cambio rígido, los controles, la opacidad en algunos mercados y la falta de reservas robustas son vulnerabilidades que el país ya no puede ignorar sin consecuencias crecientes: inflación persistente, deterioro del salario real, fuga de capitales y desconfianza crónica.