El EMAE muestra desaceleración: termómetro económico
El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), publicado por el INDEC, es uno de los indicadores más relevantes para medir el pulso de la economía argentina. A diferencia del PBI trimestral, que se conoce con retraso, este estimador permite tener una foto más inmediata de la evolución productiva del país. El último informe reflejó con claridad la compleja coyuntura actual y abre la discusión sobre qué puede pasar en los próximos meses con la economía.
Qué es el EMAE y por qué es importante
El EMAE es un indicador que mide la evolución mensual de la actividad económica. Se construye a partir de distintos sectores productivos como la industria, el comercio, la construcción, los servicios y el agro, entre otros. Su relevancia radica en que permite anticipar el comportamiento del Producto Bruto Interno, siendo una suerte de termómetro adelantado de la economía.
En un país como Argentina, donde la volatilidad macroeconómica es una constante, el EMAE se convierte en una herramienta vital tanto para los analistas económicos como para los inversores y las empresas. Cada dato mensual es observado con lupa porque puede marcar tendencias de crecimiento o recesión.
Los últimos resultados del EMAE
Si bien algunos sectores tuvieron un leve repunte respecto al mes previo, el balance general evidencia una economía en desaceleración.
Los datos más destacados son:
- Industria manufacturera: continúa mostrando contracciones, golpeada por la baja en el consumo interno y las dificultades para acceder a insumos importados.
- Construcción: el sector se mantiene en niveles bajos, afectado por la falta de inversión privada y la reducción de la obra pública.
- Comercio mayorista y minorista: registra caídas significativas debido a la pérdida de poder adquisitivo de los hogares.
- Agro: muestra cierta recuperación gracias a mejores condiciones climáticas en comparación con la sequía del año pasado.
- Servicios: algunos rubros, como el turismo y la gastronomía, lograron un leve repunte, aunque insuficiente para revertir la tendencia general.
La economía argentina sigue sin lograr una recuperación sostenida, y los rebotes sectoriales no alcanzan para compensar la contracción en el consumo y la inversión.
Factores que explican la situación actual
Varios elementos ayudan a entender por qué el EMAE refleja una economía debilitada:
- Inflación elevada: la pérdida del poder adquisitivo de los salarios reduce el consumo, que es uno de los motores principales de la economía argentina.
- Restricciones externas: la falta de dólares limita las importaciones de insumos y bienes de capital, lo que frena la producción en múltiples sectores.
- Altas tasas de interés: utilizadas como herramienta para contener la inflación, encarecen el crédito para empresas y familias.
- Incertidumbre política y económica: la falta de previsibilidad desalienta la inversión privada.
- Contexto global: aunque el escenario internacional ofrece precios relativamente estables para los commodities, la demanda externa no alcanza para impulsar la economía local.
Qué se espera para los próximos meses

El EMAE funciona como una advertencia: si la tendencia de caída mensual se mantiene, la economía argentina podría ingresar en un proceso recesivo más profundo durante el cierre de 2025. Sin embargo, existen algunos factores que pueden jugar a favor:
- Mejor cosecha agrícola: la recuperación del agro puede aportar divisas y dinamizar sectores vinculados como transporte y servicios financieros.
- Estabilidad cambiaria relativa: si el Gobierno logra mantener controlado el dólar, podría generarse un respiro en la inflación, incentivando el consumo en determinados rubros.
- Mayor previsibilidad en la política económica: un programa más claro de mediano plazo podría mejorar las expectativas de inversión.
De todas formas, las proyecciones apuntan a que el crecimiento será débil y estará lejos de resolver los problemas estructurales de la economía.
Los sectores con mayor riesgo y oportunidad
- Riesgo: comercio y construcción aparecen como los más vulnerables en el corto plazo. Ambos dependen de la recuperación del consumo y de la inversión pública y privada, variables que hoy están limitadas.
- Oportunidad: el agro y los servicios basados en conocimiento pueden funcionar como motores de crecimiento si se consolidan políticas que favorezcan la exportación y la llegada de dólares.
Qué significa el EMAE para las empresas y los inversores
Para las empresas, el EMAE es una señal de cautela. En un escenario de actividad débil, la estrategia debe orientarse a la eficiencia operativa, la reducción de costos y la innovación para mantener la competitividad.
Para los inversores, el panorama es mixto. Si bien la caída de la actividad desalienta algunas apuestas de corto plazo, también abre oportunidades en sectores contracíclicos o vinculados a la exportación. La clave estará en diversificar y mantener una visión de mediano plazo.
El escenario más probable
Con los datos actuales, el escenario más probable para la economía argentina en lo que resta de 2025 es el de crecimiento débil con riesgo de recesión técnica. Esto significa que algunos sectores mostrarán repuntes aislados, pero el conjunto de la economía seguirá enfrentando dificultades para expandirse de manera sostenida.
La inflación, la inestabilidad cambiaria y la falta de confianza en la política económica son las principales barreras que impiden un despegue. Sin embargo, si el agro logra aportar divisas y el Gobierno avanza con medidas que otorguen previsibilidad, la recesión podría atenuarse.
Argentina necesita políticas que impulsen la confianza y generen condiciones para un crecimiento sostenible, porque de lo contrario la tendencia de desaceleración continuará marcando el rumbo de la actividad económica.