Burger King se retira de Argentina
La salida de Burger King de Argentina marca un punto de inflexión en el competitivo mercado de comida rápida del país. Tras 36 años de presencia, la cadena estadounidense de hamburguesas anunció que su operación local será puesta en venta por el grupo mexicano Alsea, en el marco de una estrategia de desinversión regional.
¿Por qué Burger King se va de Argentina?
La decisión de Alsea de desprenderse de Burger King en Argentina responde a una estrategia de simplificación de portafolio que busca concentrarse en marcas más rentables y estables. El grupo ya había adoptado esta política en otros mercados, como España, donde vendió 54 locales de Burger King al fondo inglés Cinven.
En Sudamérica, el plan incluye también la venta de operaciones en Chile y México, lo que evidencia una reestructuración profunda. En Argentina, Burger King cuenta con 116 locales distribuidos en 11 provincias, pero enfrenta una fuerte competencia y dificultades económicas que han afectado su rentabilidad.
Factores que explican la salida
- Caída del consumo: El sector gastronómico argentino atraviesa una crisis marcada por la baja en el poder adquisitivo y el estancamiento de las ventas. Según datos del sector, las ventas en fast food cayeron hasta un 30% en lo que va del año.
- Competencia feroz: Burger King perdió el segundo lugar del mercado frente a Mostaza, una cadena local que logró expandirse con precios competitivos y fuerte presencia en shoppings y rutas. McDonald’s sigue liderando el segmento.
- Cambios en el comportamiento del consumidor: La categoría hamburguesas se ha “commoditizado”, y los consumidores buscan menús más variados, delivery eficiente y promociones agresivas, algo que Burger King no logró capitalizar del todo.
- Costos operativos elevados: El llamado “costo argentino” —alta carga impositiva, inflación, restricciones cambiarias— complica la operación de multinacionales. Estos factores reducen los márgenes de ganancia y dificultan la planificación a largo plazo.
¿Qué pasará con los locales y empleados?
La venta de Burger King no implica un cierre abrupto. El objetivo de Alsea es transferir los activos en funcionamiento, garantizando la continuidad de los locales y la plantilla de empleados. El banco BBVA está a cargo del proceso de venta y ya sondea posibles compradores.
Entre los candidatos figuran:
- Desarrollos Gastronómicos S.A. (DGSA): Dueños de Kentucky, Sbarro y Chicken Chill.
- Fondo Inverlat: Ex operador de Wendy’s y KFC, actual dueño de Havanna.
- Grupo Int Food: Operador actual de Wendy’s y KFC en Argentina.
Aunque se trata de actores con experiencia, el principal obstáculo es el precio de venta, condicionado por la volatilidad económica y la rentabilidad del negocio.
Impacto en el mercado de fast food
La salida de Burger King abre un espacio competitivo que podría ser aprovechado por cadenas locales o internacionales. Mostaza, por ejemplo, ha demostrado capacidad de expansión y adaptación al mercado argentino. También podrían surgir nuevas propuestas de hamburgueserías artesanales, que ganan terreno por su diferenciación en calidad y experiencia.
Para los consumidores, el cambio de operador podría implicar modificaciones en el menú, precios y experiencia de atención, aunque se espera que la marca Burger King continúe operando bajo otra gestión.
Contexto regional y global
La decisión de Alsea se enmarca en una tendencia global de reconfiguración de portafolios. En Estados Unidos y Canadá, Starbucks —también operada por Alsea— cerró más de 150 sucursales y eliminó 900 puestos de trabajo. En Argentina, Alsea mantendrá la operación de Starbucks, que cuenta con 133 locales y se considera una unidad más rentable.
Este movimiento también refleja el desafío de operar en economías inestables, donde las reglas de juego cambian constantemente. Desde 2020, más de 80 multinacionales han abandonado Argentina, incluyendo Carrefour, Telefónica, Clorox, Xerox y Petronas.
¿Qué significa esto para el consumidor argentino?

La salida de Burger King no implica la desaparición de la marca, pero sí un cambio de timón. Para los consumidores, esto puede traducirse en:
- Cambios en la calidad del producto según el nuevo operador.
- Nuevas estrategias de precios y promociones.
- Posibles cierres o remodelaciones de locales durante el proceso de transición.
En un mercado cada vez más competitivo, las marcas deberán innovar, adaptarse y ofrecer valor agregado para mantenerse relevantes.
¿Una oportunidad disfrazada de crisis?
La retirada de Burger King de Argentina es un síntoma de los desafíos que enfrentan las multinacionales en economías volátiles. Sin embargo, también representa una oportunidad para actores locales que conocen mejor el terreno y pueden adaptarse con mayor agilidad.
El consumidor argentino, exigente y cambiante, será el juez final de quién logra ocupar el espacio que deja Burger King. En este contexto, la clave estará en entender las nuevas demandas del mercado, ofrecer propuestas diferenciadas y construir marcas con arraigo local.