Los mercados financieros argentinos operaron bajo presión, marcados por tasas de interés extraordinariamente altas y una nueva licitación de deuda destinada exclusivamente a los bancos. Este contexto se combina con la proximidad de las elecciones legislativas en octubre y un panorama con signos mixtos —leve recuperación del Merval, subas puntuales como en el caso de YPF, pero un peso que sigue en caída y elevado riesgo país.
De la mano de Luis Caputo el gobierno lanzó una emisión de Letras TAMAR a noviembre, dirigida únicamente a entidades bancarias, luego de que la tasa de renovación de deuda fue apenas del 61%. El ministro afirmó que si los pesos vencen y no se renuevan, se esterilizarán con políticas futuras. Las tasas en caución rondan el 48 % anual, y las colocaciones a plazo fijo llegan al 46 %, según afirman desde Reuters.
El Merval mostró una leve recuperación, liderado por YPF que tuvo un fallo judicial favorable en Estados Unidos. No obstante, el peso argentino continúa depreciándose, mientras los contratos de dólar a futuro anticipan nuevas subas. El riesgo país, aunque levemente mejorado, sigue alto en los 712 puntos básicos.

Por otro lado, las elecciones legislativas de octubre también juegan su partido, alimentando la incertidumbre económica. En un contexto de elevada tasa de interés e inestabilidad cambiaria, el ánimo inversor se mantiene cauteloso, especialmente ante la posibilidad de alteración en la política económica.
Dado el contexto de volatilidad cambiaria y política monetaria restrictiva, es probable que las tasas permanezcan altas en el corto plazo —al menos hasta el cierre electoral— como mecanismo de contención de la inflación y estabilización del peso.
Un resultado electoral cercano al oficialismo podría otorgar mayor certidumbre política y permitir retomar políticas de expansión financiera, suavizando gradualmente las tasas. En cambio, un resultado dividido o conflictivo podría aumentar la cautela y profundizar la presión sobre el mercado de deuda y el tipo de cambio.