Café Martínez cambia el juego: del bar a tu casa, la nueva apuesta frente a la caída del consumo en cafeterías
Durante años, Café Martínez fue sinónimo de encuentro, rutina y sobremesa argentina. Sus locales, siempre llenos, se convirtieron en un espacio cotidiano para miles de personas que buscaban algo más que un café, una experiencia. Sin embargo, el contexto económico y los cambios en los hábitos de consumo están obligando a redefinir el negocio del café.
Hoy, la marca da un giro estratégico: llevar la experiencia Café Martínez al hogar. Una movida audaz que responde a un nuevo consumidor, más racional, más doméstico, y con un poder adquisitivo golpeado por la inflación y la recesión. Pero ¿es esto una solución de corto plazo o el inicio de una transformación estructural del sector?
Un cambio que responde a la realidad
El consumo fuera del hogar en Argentina atraviesa una fuerte contracción. Según datos del sector gastronómico, las ventas en cafeterías cayeron entre un 25% y un 40% interanual en el último año, golpeadas por la pérdida del poder adquisitivo y el aumento de los costos operativos.
Las familias priorizan alimentos básicos y experiencias dentro del hogar. La salida al café —antes un hábito social arraigado— se convirtió en un pequeño lujo. En este contexto, Café Martínez decidió acercarse a donde hoy está el consumidor: su casa.
La empresa lanzó nuevas líneas de productos listos para preparar en el hogar, como cápsulas compatibles, blends molidos, cafés instantáneos premium y kits de regalo, con el objetivo de mantener el vínculo emocional con su cliente habitual, aunque cambie el escenario de consumo.
De la experiencia física a la conexión emocional
El valor de Café Martínez siempre estuvo en la experiencia: el aroma, la música, el diseño de los locales, la atención personalizada. Pero la marca entendió que la experiencia también puede viajar.
El desafío es trasladar la identidad de la cafetería al entorno doméstico. Por eso, su nueva estrategia busca replicar la sensación de calidez y calidad que transmite en sus locales, utilizando packaging cuidado, storytelling de marca y campañas digitales centradas en “el momento Martínez” en casa.
Este cambio conecta con una tendencia global: el café como ritual personal, más que como salida social. En países como Estados Unidos o España, el consumo hogareño de café premium creció más del 20% tras la pandemia, impulsando categorías como cápsulas, cold brew y café molido gourmet.
La economía manda: el consumidor argentino se refugia en casa
La macroeconomía local es clave para entender este movimiento.
La inflación sostenida, la baja del salario real y la incertidumbre cambiaria reconfiguran las prioridades de gasto.
Salir a un café implica costos asociados (traslado, estacionamiento, propina), que hacen que muchos consumidores prefieran replicar la experiencia en casa.
Las marcas que comprendan esta nueva lógica del consumo, más racional pero no menos emocional, serán las que logren sobrevivir. Café Martínez no renuncia a sus cafeterías, pero sí busca diversificar el riesgo y mantener relevancia en un contexto adverso.
La competencia: del barista al supermercado
El giro estratégico de Café Martínez también responde a una mayor competencia en el retail.
Marcas como Cabrales, La Morenita o Bonafide vienen fortaleciendo su presencia en góndola, y el auge de las cápsulas y cafés gourmet en supermercados creció exponencialmente.
Además, el consumidor argentino se volvió más exigente. Quiere origen, calidad, intensidad y experiencia sensorial.
Por eso, Café Martínez apuesta a capitalizar su ventaja de marca construida durante años, entrando a competir directamente en el canal hogareño, pero con su sello distintivo.
El canal digital, protagonista del nuevo modelo
La expansión hacia el consumo hogareño no sería viable sin el canal online.
Café Martínez viene fortaleciendo su tienda digital, con envíos a todo el país, suscripciones mensuales y combos especiales.
Además, la estrategia incluye alianzas con marketplaces y aplicaciones de delivery, para llegar al consumidor con rapidez y conveniencia.
El e-commerce, que creció más de un 120% en el rubro alimentos y bebidas desde 2020, se convierte en el motor que sostiene la nueva experiencia de marca.

Un cambio cultural que llegó para quedarse
Más allá de la coyuntura, hay una transformación cultural profunda, el café dejó de ser solo un producto para convertirse en un elemento de identidad y bienestar personal.
El consumidor actual busca rituales diarios que le brinden placer y control en medio de la incertidumbre. Preparar su propio café, elegir la mezcla, disfrutarlo en silencio o compartirlo en familia es una forma de reconectar.
Café Martínez, al entender esta nueva psicología del consumo, se reposiciona como una marca de experiencias cotidianas, no solo de salidas sociales.
Esta tendencia podría redefinir la industria argentina del café en los próximos años.
¿Qué pasará con las cafeterías?
El futuro del café fuera del hogar no desaparecerá, pero será más selectivo y premium.
Los locales que sobrevivan apostarán por experiencias diferenciales: cafés de origen, catas guiadas, ambiente de coworking o maridajes gourmet.
El consumidor volverá al café, pero con una nueva mentalidad: saldrá menos, pero buscará más valor en cada visita.
Mientras tanto, el canal hogareño seguirá ganando terreno. Las grandes marcas que se adapten, como Café Martínez, podrán sostener su presencia y facturación diversificando formatos.
Hacia un mercado híbrido
A mediano plazo, el mercado del café argentino evolucionará hacia un modelo híbrido, donde convivan:
- Locales físicos que ofrezcan experiencias únicas y premium.
- Formatos hogareños que mantengan el consumo diario.
- Suscripciones y canales digitales que fortalezcan la fidelización.
El café dejará de depender exclusivamente del punto de venta para convertirse en una categoría transversal.
Y en ese escenario, Café Martínez parece haber dado un paso anticipado: apostar al hogar no es retirarse del mercado, sino adaptarse a él.
En un país donde la inflación erosiona el bolsillo pero no las costumbres, la búsqueda de placer accesible encuentra en el café hogareño una alternativa ideal.
