Washington, la nueva parada del plan Caputo: un viaje decisivo por los dólares
El equipo económico argentino vuelve a subirse al avión con destino a Washington en busca de lo que hoy parece ser el oxígeno más escaso: los dólares. El ministro de Economía, Luis Caputo, junto al asesor presidencial Scott Bessent, mantendrán reuniones clave con el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y otros organismos multilaterales para avanzar en un swap de monedas por unos US$20.000 millones.
El objetivo es reforzar las reservas internacionales, estabilizar el frente cambiario y enviar una señal contundente a los mercados de que el Gobierno cuenta con respaldo financiero para sostener su programa.
La urgencia detrás del viaje
A medida que octubre avanza, el Banco Central sigue mostrando reservas netas extremadamente bajas, con una posición que ronda los US$5.000 millones negativos si se descuentan los pasivos y los encajes de los depósitos en dólares.
En este contexto, el viaje a Washington no es una gira protocolar, sino un intento directo de conseguir liquidez urgente que permita estabilizar expectativas. Caputo busca evitar un salto discreto del tipo de cambio, reforzar reservas y ganar tiempo político mientras avanza en la segunda fase del programa económico.
Qué es un “swap” y por qué importa
El swap que se negocia es un intercambio de monedas entre bancos centrales o entidades financieras, que permite a un país disponer de divisas extranjeras (en este caso, dólares) a cambio de su moneda local.
Este tipo de acuerdos ya existen, como el que mantiene Argentina con el Banco Popular de China, que ha sido clave para pagar importaciones y atender compromisos financieros. Sin embargo, un swap con Estados Unidos tendría un valor simbólico y político mucho mayor, al representar un gesto de confianza del Tesoro norteamericano hacia la administración argentina.
Además, un acuerdo de esta magnitud —por US$20.000 millones— implicaría un alivio inmediato para el Banco Central, que podría fortalecer las reservas y reducir la volatilidad del tipo de cambio oficial, algo fundamental de cara al cierre del año.
El rol de Scott Bessent y la nueva diplomacia financiera
El viaje también marca un cambio en el estilo de negociación internacional del Gobierno. Scott Bessent, asesor financiero de confianza de Javier Milei y exgestor del fondo Soros, juega un rol central como interlocutor ante el sector financiero estadounidense.
Su presencia apunta a darle credibilidad técnica y solvencia profesional a la misión, mostrando que la Argentina tiene un equipo con conocimiento de cómo se mueven los grandes capitales globales.
En Washington, Bessent y Caputo buscarán una línea de respaldo que combine pragmatismo y geopolítica: Estados Unidos podría ver con buenos ojos ayudar a un gobierno alineado con su visión de mercado y estabilidad regional, especialmente en un contexto global de reconfiguración económica.
Qué busca el Tesoro de EE.UU.
Desde la mirada de Washington, la clave pasa por la sostenibilidad del programa argentino. Nadie quiere prestar a un país que pueda incumplir en pocos meses. Por eso, el Tesoro estadounidense pondrá bajo la lupa tres puntos centrales:
- El ritmo de acumulación de reservas.
Se evaluará si el actual esquema cambiario puede sostenerse sin una devaluación brusca. - El avance en la reducción del déficit fiscal.
Caputo mostrará los números del superávit financiero y las medidas de ajuste que el Gobierno lleva adelante. - El clima político.
Los funcionarios norteamericanos buscarán señales de estabilidad institucional y gobernabilidad, factores esenciales para destrabar cualquier apoyo financiero.
Si el Gobierno logra transmitir una imagen de control, consistencia y previsibilidad, el Tesoro podría abrir la puerta a un swap parcial o a una línea de liquidez contingente.

Impacto en los mercados: más psicológico que real (al menos al principio)
Aunque el monto total del swap —US$20.000 millones— suena contundente, es probable que el efecto inicial sea más psicológico que efectivo. En otras palabras, el simple anuncio de un respaldo financiero podría calmar al mercado cambiario, frenar la dolarización y reducir las presiones sobre la brecha.
En economía, las expectativas mueven tanto como los dólares reales. Si los operadores perciben que el Gobierno cuenta con apoyo externo, la demanda de cobertura cae, las reservas se estabilizan y el peso gana algo de oxígeno.
Sin embargo, el desafío está en traducir esa confianza en resultados concretos, sostener el tipo de cambio, contener la inflación y recuperar crédito en los mercados internacionales.
Los riesgos del camino
Nada garantiza que el viaje culmine en un acuerdo inmediato. Estados Unidos es cuidadoso con sus compromisos financieros, y un swap de tal magnitud requeriría aval político de alto nivel.
Además, hay un riesgo estructural: incluso si se logra el swap, los dólares no son eternos. Sin un aumento de exportaciones ni un plan integral de crecimiento, el refuerzo de reservas solo gana tiempo, no soluciona el problema de fondo.
Otro punto clave será la reacción del Fondo Monetario Internacional (FMI). Si el Tesoro de EE.UU. apoya a la Argentina, el Fondo podría mostrar más flexibilidad en las metas y los desembolsos, pero también exigir compromisos más estrictos.
Hacia dónde vamos
El futuro inmediato dependerá de cuánto respaldo logre Caputo traer desde Washington. Si las negociaciones avanzan y se concreta un acuerdo parcial o total, Argentina podría ganar un respiro cambiario.
Esto, a su vez, podría moderar las expectativas de inflación, mejorar el humor de los mercados y fortalecer la posición del Gobierno para avanzar con reformas estructurales.
En cambio, si el viaje no produce resultados concretos, la tensión cambiaria podría profundizarse y obligar al Gobierno a tomar medidas más drásticas, como acelerar el crawling peg o flexibilizar el cepo antes de lo previsto.
A mediano plazo, el camino sigue siendo el mismo, Argentina necesita dólares genuinos, no prestados. Para eso, deberá atraer inversiones, aumentar exportaciones y recuperar la confianza internacional.
El viaje a Washington puede ser un puente temporal hacia esa estabilidad, pero no su destino final.
Un test político y económico
El viaje de Caputo es una prueba de confianza internacional hacia la administración Milei. El Gobierno busca validación, apoyo y tiempo.
En los mercados, cada palabra que salga de esas reuniones será analizada con lupa. Una señal positiva puede cambiar el ánimo inversor en horas; una negativa puede acelerar la desconfianza.
Argentina está otra vez ante un punto de inflexión: entre el respaldo que estabiliza o la desconfianza que precipita. Y aunque el swap pueda servir de ancla temporaria, lo más importante será convertir esa liquidez en credibilidad.