China reafirma su apoyo económico: lo que implica el swap y la mirada sobre el futuro
En los últimos meses, Argentina ha retomado con fuerza la vía de la cooperación bilateral con China, en especial a través del mecanismo conocido como swap de monedas. El embajador chino en Buenos Aires, Wang Wei, ha reafirmado públicamente que este instrumento, junto con otras formas de cooperación económica, es una señal concreta de acompañamiento de China a la estabilización económica y financiera del país. Pero ¿cuáles son los alcances reales de ese apoyo? ¿Cuánto puede ayudar al país, cuáles son los riesgos y qué nos espera en los próximos años?
¿Qué es exactamente el “swap de monedas” con China?
El swap es un acuerdo entre bancos centrales – en este caso entre el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Banco Popular de China – que permite intercambiar divisas: yuanes chinos por pesos argentinos, para reforzar reservas, pagar importaciones, financiar operaciones externas y reducir la dependencia de dólares.
En abril de 2025, el tramo activado del swap que asciende a USD 5.000 millones fue renovado por 12 meses, manteniéndose accesible al BCRA hasta mediados de 2026. Este acuerdo no sólo es una herramienta clave en un contexto de reservas internacionales escasas y alta tensión cambiaria.
Qué significa el apoyo que afirma Wang Wei
Cuando Wang Wei declara que China “acompaña la estabilización económica y financiera de Argentina”, no es solo un gesto diplomático. Esa afirmación implica compromisos concretos y efectos tangibles:
Respaldo para reservas: El swap ofrece un colchón ante la escasez de dólares en las reservas del Banco Central. Al permitir el uso de yuanes internacionales o su equivalente, se reduce la presión sobre los dólares que Argentina necesita para importaciones, pagos de deuda externa, y obligaciones con organismos internacionales.
Mitigar riesgos de transición macroeconómica: Argentina está en un proceso de transición hacia un régimen monetario/cambiario más estable, con metas fiscales, elevadas tasas de interés y política cambiaria que busca generar previsibilidad. Sin el swap, el país enfrentaría riesgos importantes de desborde cambiario y pérdida de reservas.
Condiciones de cooperación y diplomacia financiera: El respaldo chino viene con implicaciones geopolíticas. Ante presiones externas, como las de Estados Unidos que han criticado este tipo de acuerdos, el gobierno chino reafirma que no impone “condicionamientos políticos”. Esta postura fortalece la posición de Argentina en su estrategia de diversificación de sus socios internacionales.
Tiempo para adaptarse: La extensión del swap hasta mediados de 2026 da margen al BCRA para diseñar estrategias de financiamiento complementarias, mejorar reservas, negociar nuevos acuerdos con el FMI, y trabajar en la reactivación económica sin necesidad de recurrir a medidas de choque cambiarias inmediatas.
Riesgos y limitaciones

Aunque la renovación del swap y la manifestación de apoyo de China son buenas noticias, no todo es llano ni exento de peligro. Algunos riesgos y limitaciones que conviene tener muy presente:
- Dependencia excesiva: Apoyarse en un solo socio para fortalecer las reservas monetarias puede generar vulnerabilidades si cambia la política exterior del otro país, si hay tensiones diplomáticas, o si las condiciones del swap cambian.
- Costos financieros: Aunque el swap reduce el uso de dólares, tiene costos implícitos, tasas de interés implícitas, plazos, y puede requerir devoluciones o contraprestaciones que afecten la liquidez futura.
- Presión del FMI: Argentina sigue dependiendo de programas con el Fondo Monetario Internacional para estabilizar su economía en términos macro-fiscales. El FMI ha señalado que espera que algunos pagos del swap sean reprogramados o refinanciados. Esto puede generar condicionalidades adicionales.
- Inflación y devaluación: Si no se controla la inflación y no se estabiliza el tipo de cambio, la confianza financiera puede deteriorarse rápidamente, lo que provocaría fuga de capitales, presión sobre los dólares libres y riesgo de devaluaciones sorpresa.
Qué puede pasar a corto y mediano plazo
Horizonte temporal | Lo que puede ocurrir | Lo que implicaría |
---|---|---|
Corto plazo (próximos 6-12 meses) | El swap de USD 5.000 millones seguirá activo hasta mediados de 2026. El BCRA lo usará para sostener importaciones críticas (energía, bienes intermedios), para cumplir con compromisos del FMI y de deuda externa, y evitará usar reservas líquidas en dólares para esos pagos. | Esto dará cierto alivio al tipo de cambio oficial y a la presión sobre reservas. Posible menor volatilidad cambiaria si se acompaña con política monetaria estricta. Pero la inflación seguirá siendo alta, lo que puede erosionar el efecto en los ingresos reales si no se actúa sobre precios regulados y tarifas. |
Mediano plazo (12-24 meses) | Si todo marcha bien, se logrará una mejora progresiva en la confianza de los mercados internacionales. Podría haber nuevas líneas de crédito bilaterales, inversión china directa, más comercio bilateral operando en yuanes o monedas locales, y refinanciamiento de obligaciones externas. | Las reservas se fortalecerán si no aparecen shocks externos. Pero el país deberá mostrar disciplina fiscal, control de inflación y cumplimiento de metas con el FMI para evitar penalidades o cortes de financiamiento. Si estas condiciones no se cumplen, el riesgo de devaluaciones fuerte, inflación descontrolada o default parcial sigue latente. |
Lo que debe hacer Argentina para asegurar que este acompañamiento de China tenga impacto real
Que China acompañe no alcanza: hay que hacer que el acompañamiento rinda. Para eso, el gobierno y el BCRA deberán:
Fortalecer credibilidad fiscal: cumplimiento estricto de metas de déficit, transparencia, reducir subsidios ineficientes, evitar gasto público impulsivo.
Política monetaria y cambiaria coherente: mantener tasas que desalienten la emisión descontrolada de dinero, estabilizar expectativas para evitar que inflación se dispare por rumores, devaluaciones posibles o incertidumbre.
Diversificar fuentes de reservas: no depender solo del swap con China ni solo del FMI. Buscar otras líneas de crédito, inversión extranjera directa, exportaciones, ingresos por turismo o servicios, etc.
Negociación hábil con el FMI: ya que una parte de la estabilidad financiera de Argentina depende de los compromisos y desembolsos de programas del FMI, será clave negociar condiciones que permitan apalancar el swap y otras ayudas sin sacrificar crecimiento económico ni generación de empleo.
Fortalecer el comercio bilateral en monedas locales: aumentar las operaciones en yuanes cuando sea posible, simplificar trámites de importaciones/exportaciones, evitar conversiones cambiarias innecesarias que consumen reservas.
