El impacto económico de la degradación ambiental en Argentina: alerta del Banco Mundial y desafíos para el futuro
La economía argentina enfrenta múltiples desafíos estructurales, pero uno de los más subestimados —y ahora visibilizado por el último informe del Banco Mundial— es el costo económico de la degradación ambiental. Según el organismo internacional, la pérdida de recursos naturales, la contaminación del aire y el deterioro del suelo están generando pérdidas multimillonarias en países en desarrollo, y Argentina no es la excepción.
¿Qué dice el informe del Banco Mundial?
El informe publicado en septiembre de 2025 revela que la degradación ambiental genera pérdidas económicas globales por más de 379.000 millones de dólares anuales, lo que equivale al 8% de la producción agrícola mundial. En América Latina, el foco está puesto en la deforestación del Amazonas, pero también se advierte sobre el deterioro de ecosistemas clave en países como Argentina, Brasil y Bolivia.
Entre los principales hallazgos:
- La pérdida de biodiversidad y cobertura vegetal reduce las precipitaciones, afectando la producción agrícola.
- La contaminación del aire genera costos sanitarios y pérdida de productividad laboral.
- El uso ineficiente del agua y la erosión del suelo comprometen la seguridad alimentaria.
Argentina: una economía vulnerable al deterioro ambiental
Argentina, con su vasta extensión territorial y riqueza natural, está particularmente expuesta a los efectos de la degradación ambiental. El país depende fuertemente de sectores como el agro, la energía y el turismo ecológico, todos sensibles al cambio climático y al deterioro de los recursos naturales.
1. Impacto en el sector agropecuario
El agro representa más del 60% de las exportaciones argentinas. Sin embargo, la erosión del suelo, el uso intensivo de agroquímicos y la deforestación en zonas como el Gran Chaco están reduciendo la productividad de los cultivos.
- La pérdida de fertilidad natural obliga a mayores inversiones en insumos.
- Las sequías prolongadas, exacerbadas por el cambio climático, afectan la rentabilidad.
Según estimaciones del INTA, Argentina pierde más de 1.000 millones de dólares anuales por degradación de suelos.
2. Contaminación urbana y costos sanitarios
En ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Rosario, la contaminación del aire por transporte y actividad industrial genera un aumento en enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
- El Ministerio de Salud estima que los costos sanitarios asociados a la contaminación superan los 500 millones de dólares anuales.
- La pérdida de días laborales por enfermedades vinculadas al ambiente impacta en la productividad.
3. Turismo y pérdida de atractivo natural
El turismo ecológico, especialmente en regiones como la Patagonia, los Esteros del Iberá y la Quebrada de Humahuaca, depende de la conservación ambiental.
- La degradación de paisajes naturales reduce el flujo turístico.
- La pérdida de especies emblemáticas afecta la experiencia del visitante.
- La falta de infraestructura sostenible limita el desarrollo del sector.
Consecuencias económicas a largo plazo
El informe del Banco Mundial advierte que, si no se toman medidas urgentes, la degradación ambiental podría convertirse en un lastre estructural para el crecimiento económico. En el caso argentino, esto se traduce en:
- Menor competitividad internacional: los productos argentinos podrían enfrentar barreras en mercados exigentes en sostenibilidad.
- Reducción de inversión extranjera: los fondos internacionales priorizan países con políticas ambientales claras.
- Mayor presión fiscal: el Estado deberá destinar más recursos a salud, infraestructura y subsidios para compensar los efectos del deterioro ambiental.
¿Qué puede hacer Argentina?

El informe propone una serie de medidas que podrían aplicarse en el contexto argentino:
Reorientar subsidios
Actualmente, Argentina destina subsidios a actividades que generan impacto ambiental negativo, como la producción intensiva de carne o el uso de combustibles fósiles. Reorientar esos fondos hacia prácticas sostenibles podría generar un doble beneficio económico y ambiental.
Fortalecer la legislación ambiental
Si bien existen leyes como la Ley de Bosques y la Ley de Glaciares, su aplicación es limitada. Fortalecer los mecanismos de control y sanción es clave para proteger los ecosistemas.
Incentivar la inversión verde
Promover proyectos de energías renovables, agricultura regenerativa y turismo sustentable puede atraer capital internacional y generar empleo de calidad.
Educación y concientización
Invertir en educación ambiental desde niveles iniciales permite formar ciudadanos y empresarios más conscientes del impacto de sus decisiones.
El futuro económico de Argentina depende de su relación con el ambiente
La economía argentina no puede crecer de manera sostenida si ignora el deterioro de sus recursos naturales. El informe del Banco Mundial es una advertencia: el costo de no actuar es mucho mayor que el de implementar políticas ambientales inteligentes.
En un contexto global donde la sostenibilidad es cada vez más valorada por consumidores, inversores y organismos multilaterales, Argentina tiene la oportunidad de reconvertir su matriz productiva y posicionarse como líder regional en economía verde.
La degradación ambiental es una amenaza directa al desarrollo económico de Argentina. El informe del Banco Mundial pone en evidencia que el país debe repensar su modelo productivo, fortalecer su institucionalidad ambiental y apostar por un futuro más sostenible.
La buena noticia es que existen soluciones, y muchas de ellas pueden generar empleo, atraer inversión y mejorar la calidad de vida. El desafío está en tomar decisiones valientes y estratégicas, antes de que el costo ambiental se convierta en una crisis económica irreversible.