Lunes negro bursátil en Argentina
En una jornada marcada por la incertidumbre política y la agitación económica, los mercados argentinos vivieron un fuerte desplome bursátil el lunes 8 de septiembre de 2025, tras la contundente derrota electoral del partido de Javier Milei en la provincia de Buenos Aires. La caída no fue meramente simbólica: el índice Merval resintió una baja que supera el 12 %, mientras que bonos, acciones y el peso cruzaron en picada, reflejando una tormenta perfecta de desconfianza, volatilidad y fragilidad estructural.
Contexto y detonantes inmediatos
La derrota de La Libertad Avanza en una de las provincias más pobladas del país —donde obtuvo solo el 34 % frente al 47 % del peronismo— reabrió dudas sobre la sustentabilidad del paquete de reformas pro-mercado del gobierno de Milei, destacan desde the Wall Street Journal. Esta incertidumbre política se tradujo de inmediato en:
- Caída del Merval, que se derrumbó más de un 12 %.
- Bonos soberanos en dólares, que se depreciaron hasta 10 centavos por dólar (caída del 10 %) y llevaron los rendimientos a niveles prohibitivos, cercanos al 15 % anual.
- El peso argentino, que perdió más del 5% de su valor.
Por qué fue mayor de lo esperado
Aunque algunos economistas sostienen que lo electoral no cambia la política macro, el mercado interpretó lo contrario. La derrota electoral fue leída como una señal de alarma sobre la capacidad del Gobierno para avanzar en reformas estructurales, especialmente en un contexto donde inversiones, reservas y confianza están particularmente débiles.
Además:
- La intervención del BCRA será cada vez más costosa, debilitando sus reservas y poniendo en riesgo la estabilidad cambiaria.
- Los rendimientos elevados de la deuda cortan el acceso a financiamiento externo, estrangulando las posibilidades de aliviar tensiones fiscales o pagar vencimientos con otra deuda.
- El deterioro del clima político amplifica el riesgo país, lo que incrementa primas y costos de crédito.

¿Qué podría pasar en los próximos meses?
- Escenario negativo (continuación de la caída)
- Si no hay señales de ajuste político o pactos que restauren confianza, el Merval podría descender aún más, erosionando resistencias de corto plazo y acercándose a mínimos operativos.
- El peso podría seguir deslizándose si se cuestiona la sustentabilidad de las reservas y se pierden expectativas sobre el equilibrio cambiario.
- La deuda externa se volverá aún más inaccesible, llevando a una mayor presión sobre la caja estatal.
- Escenario intermedio (estancamiento volátil)
- El Gobierno podría moderar su discurso económico o buscar acuerdos parciales. Aunque no recuperaría el entusiasmo preelectoral, podría generar estabilidad temporal.
- El BCRA seguiría interviniendo para contener el peso, pero esto podría prolongar la presión sobre reservas.
- Los mercados podrían moverse lateralmente, con alta volatilidad, hasta las elecciones nacionales de octubre.
- Escenario optimista (recuperación parcial)
- Si el Gobierno logra articular acuerdos políticos, por ejemplo con bloques legislativos que aseguren gobernabilidad, podría restaurarse parte de la confianza.
- Podrían reaparecer inversionistas buscando oportunidades, especialmente si el tipo de cambio se estabiliza y la deuda vuelve a tener posibilidades, aunque con altas tasas.
- En ese contexto, el Merval podría consolidarse sobre ciertos niveles y marcar un piso técnico, aunque el camino seguiría siendo frágil.
Un desplome con raíces estructurales
El desplome bursátil del 8 de septiembre de 2025 fue la materialización técnica de desequilibrios profundos. El gobierno sumó un fuerte costo político que erosionó la capacidad de impulsar su agenda, y los mercados lo percibieron con crudeza. El análisis técnico confirma que ya existía una tendencia bajista, pero el sacudón electoral aceleró el deterioro.
De cara al futuro, si no hay señales de gobernabilidad, respaldo político o estabilización macroeconómica, los riesgos de una crisis más profunda permanecen latentes. Sin embargo, una recomposición de alianzas y certezas regulatorias podría frenar la caída y ofrecer un sendero de recuperación —aunque siempre condicionado por la fragilidad del contexto argentino.