El oro superó ampliamente a acciones, bonos, criptomonedas e incluso monedas del G-10 en lo que va del año, lo que refleja su rol crucial ante tensiones macroeconómicas globales. UBS elevó sus expectativas de precio a US$ 3.600 para marzo y US$ 3.700 hacia mediados de 2026, apuntando a un fuerte potencial alcista a mediano plazo, indican desde MarketWatch.
Los factores que están impulsando la preferencia por este metal incluyen:
- Riesgos macroeconómicos persistentes.
- Tendencias de des-dolarización.
- Compra institucional por parte de bancos centrales.
- Incertidumbre fiscal en EE.UU. y dudas sobre la independencia de la Reserva Federal.

A futuro, el oro mantiene su atractivo como cobertura frente a la volatilidad económica y política, con una estimación de casi 600 toneladas de demanda para ETFs, lo que sugiere interés sostenido a nivel global. En el mismo sentido, las altas tasas reales, dudas sobre la FED y tensiones económicas, como siempre, hacen del oro una opción defensiva ante entornos inciertos.