La economía global enfrenta un momento de alta tensión: desde la posible independencia comprometida de los bancos centrales hasta deflación de activos y políticas proteccionistas en aumento. En este contexto, factores como la evolución del déficit comercial de EE. UU., movimientos en la Reserva Federal y riesgos geopolíticos son esenciales para proyectar el rumbo económico a largo plazo.
Panorama actual: tres focos que trazan el rumbo económico
1. Reino Unido: nueva presión fiscal sobre el sector bancario
Las acciones de los bancos británicos cayeron con fuerza (pérdidas por £7 mil millones) por la posibilidad de un gravamen especial sobre las ganancias generadas por la política monetaria del Banco de Inglaterra, además de planes de un nuevo impuesto a propietarios inmobiliarios en el presupuesto de otoño, sostienen desde The Guardian.
Esta presión fiscal podría debilitar el sector financiero del Reino Unido, frenar el crédito interno y aumentar la prima de riesgo del país en los mercados internacionales. Si se materializan, los bancos podrían reducir inversiones y ajustes regulatorios podrían profundizar la incertidumbre en Europa.

2. EE. UU.: señales mixtas entre crecimiento robusto e inflación persistente
El déficit comercial se disparó un 22 % hasta USD 103,6 mil millones en julio, impulsado por exportaciones acumuladas antes de tarifas arancelarias; y el gasto del consumidor sigue al alza.
Al mismo tiempo, la inflación subyacente podría situarse en 2,9 %, mientras la Fed enfrenta presiones para bajar tasas, en medio de tensiones sobre su independencia institucional.
Si efectivamente la Fed recorta tasas pese a esta fortaleza económica, podría sobrecalentar el consumo y los mercados financieros. Pero una postura rígida también podría frenar la recuperación, especialmente si la guerra comercial continúa afectando el comercio.
3. Argentina: incertidumbre política afecta mercados y confianza inversora
La situación preelectoral en Argentina, agravada por denuncias de corrupción, impacta negativamente en el mercado. El índice S&P Merval cayó un 1,4 %, acumulando una pérdida del 22 % en el año, mientras el riesgo país ronda los 850 puntos básicos, con posibilidad de superar los 1.000 si la oposición avanza.
De persistir la volatilidad política y la falta de certeza legal, el país podría enfrentar mayores fugas de capital, elevación del tipo de cambio y encarecimiento del financiamiento. Solo una agenda transparente y acuerdos en materia económica pueden colaborar a restablecer la confianza.